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Uno no siente miedo, uno al miedo “lo tiene”.

Y a su vez, el miedo “lo tiene” a uno.

Para algunos una soga, que  sujeta,  apreta. Para otros un ahogo, falta de aire.

Pero dónde lo encuentras si te propones la aventura heroica, la cruzada de atraparlo? En la psiquis. En el escenario que monta tu psiquismo para uno de los principales protagonistas de la novela de tu vida.

Cómo llega allí? Está desde el origen, en el nacimiento? Viene de antes…?

Se agrega sigilosamente durante algún ensayo, entreacto, y sin que nadie lo invite, de pronto está allí.  Es la gran estrella, todas las luces lo enfocan, la orquesta le hace una entrada triunfal, y allí está!!!

Su Majestad: El Miedo

No le quitemos mérito, es un actor fundamental. Un protagonista. Pero no lo contrató el dueño del espectáculo.  Cómo llegó entonces?

Veamos, tiene varias puertas de entrada, algunas visibles, otras ocultas.

El miedo es un ingrediente más del bocado primero con que te alimentas. Junto a la teta, y luego la papilla. Se incorpora y se procesa formando huesos, músculos, piel… y psiquismo.

Por ejemplo, mi madre era muy miedosa. Ante caídas y tropiezos de la infancia se asustaba, consecuencia, no aprendí a andar en bicicleta. Mi padre lo intentó, pero el miedo de ella,  incorporado en mí fue vencedor. De grande me subí, pude, dí unas cuantas vueltas.  Pero no continué con el ejercicio, y el miedo volvió a sujetarme por las piernas.

Hubo muchos avisos premonitorios de tragedias varias, pero por suerte, no pudieron anidar. Ahí triunfó el gusto por el disfrute conciente de la vida que mi padre estableció. La estructura amorosa fue mas fuerte que el miedo.

Las puertas por las que el miedo ingresa en la infancia quedan ocultas en el psiquismo.  No recordamos cómo entraron. Tampoco los reconocemos fácilmente, estamos tan habituados, que sólo si son muy limitantes se hacen visibles.

Pero hay miedos que entran por la puerta grande, con estruendo.

Miedos con argumento, con  estructura de película de terror. Se construyen con ideas claras, imágenes precisas, músicas acordes. Y se estrenan en todos los cines.

Tienen campañas de publicidad como las de las grandes estrellas y la gente queda hipnotizada ante tanto despliegue.

Esos miedos reclaman los lugares en las carteleras. Quieren letras mayúsculas “El Gran Miedo”.  Se pelean con los otros artistas, mas prudentes, menos manipuladores. Artistas Eticos. Con conciencia, con criterio.

Y como yo los valoro mucho más que al señor miedo (así con minúscula), los voy a nombrar como se debe.

¡Señoras y Señores, con ustedes, los grandes artistas que hace tiempo no aparecen en escena:

DISCERNIMIENTO: convocado para aconsejar al protagonista en lo  que es razonable y lo que evidentemente es un golpe bajo del autor de la novela:

SENTIDO COMUN: como sabe que es escaso pidió un alto “cachet” pero hemos hecho el esfuerzo y se lo pagamos.  Viene para  aplicarse a las tareas de reconocimiento de la verdad y la fantasía alucinada.

INTUICION: adorable y con trajes sutiles, aporta verdades con acertijos, que pueden adivinarse con sólo proponérselo. Incluye un manual de “lectura entre líneas”  y “descifrado de gestos sospechosos”.

Las plateas para esta obra que  lucha  por estrenarse,  están disponibles, se pueden retirar gratuitamente en las boleterías, y se habilita para disfrutarla en escenarios de todo el planeta.

La obra se titula “QUIEN SOY: El regreso”

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