+54 9 11 4149 8321 contacto@adrianakuperman.com.ar

Sí, existe el Libre Albedrío. Y sí, existe el Karma.

Cómo podrían existir ambos? No son extremos opuestos y excluyentes?

NO.

Qué es el Karma? Es el conglomerado de acciones positivas y negativas con las que llegamos a esta encarnación.  No es la cuenta que hay que pagar.  Es el resumen que incluye aquello que aun está pendiente de aprender, lo que venimos a  incorporar a nuestro bagaje esencial del alma. Y  los recursos internos disponibles, lo positivo, para facilitarnos el camino a recorrer.

El  Libre Albedrío es entonces la libertad de elegir el camino.  Existen varias opciones pero se pueden simplificar en 3: el camino difícil, el camino fácil, y el camino del medio.

El difícil es el de la resistencia, la negación.  Yo no soy esto, no tengo este problema, la culpa es de los otros, de las circunstancias, del padre, la madre, el jefe, la maestra, la pareja.  Por qué es difícil? Porque para movernos de esa posición, las dificultades, tal como las tormentas, son cada vez más violentas, hasta tanto  lograr que se produzca en nosotros un movimiento.  Pero no cualquier movimiento, sino el único movimiento útil: el de la mirada hacia adentro, la pregunta necesaria: en qué estoy equivocándome, qué no estoy viendo, qué creo verdad y sólo es mi imaginación, qué abanico de cuestiones de mi personalidad no estoy aceptando y no quiero ni enterarme?

El fácil es el de la aceptación total, inmediata, iluminada, en la que  entiendo que desconozco quien soy, y toda mi vida es una oportunidad de conocerme y conocer el mundo en el que vivo.  Estoy abierto a RECIBIR lo que la Vida me trae, porque de todo obtengo el mensaje y me transformo permanentemente con cada nuevo conocimiento que me incluye. Es el camino del Iniciado, del Iluminado.

El del medio es el camino posible.  En el que estamos la mayoría, tropezamos, nos levantamos.  No atribuimos una caída a la baldosa floja.  Entendemos que hemos generado una caída, porque no reconocimos antes, con más liviandad  y facilidad, lo que la Vida insistía en explicarnos.  Entonces, fue necesario caer para despertar de un sueño.  Al despertar, tenemos el libre albedrío de elegir, entre investigar en mí, aprender, qué resiste en mí de tal manera que necesito una caída para modificar algo.  O negar. Y buscar culpables afuera.

Es indispensable hacernos responsables en un 100% de todo lo que nos sucede, porque entonces, tenemos el 100% de posibilidades a nuestra disposición.

Alguien podría preguntar… por qué tengo que creer que una caída no es una circunstancia casual, sino que tiene una intencionalidad específica?

…. Hay alguien que pregunta?

 

Share This