Habían acordado encontrarse en otoño, el 11 de abril de 1921. Sin embargo, hubo un “desajuste” y se demoró el nacimiento hasta el día 13.
El nombre elegido había sido Cristal, pero tal como ocurrió con la fecha, también se corrió al segundo lugar, y apareció Belinda, adelante.
Belinda Cristal.
El Karma se acomodó entonces a las nuevas condiciones impuestas por el nombre Belinda.
Cómo podría condicionar la escena con un nombre que habla de la mirada? Porque “Be” suena igual que “ve”.
Rápidamente encontró la Ley que debería cumplir Belinda: Ver lo lindo donde la belleza no existiera.
El Libre Albedrío se las vería en dificultades, se solazó el Karma restregándose las manos.
Poca imaginación le supuso! Había infinidad de caminos posibles.
La belleza que El Libre Albedrío le propuso a Belinda fue tan extensa, que 95 años casi no alcanzaron para tanto disfrute.
Belinda nació ciega. Y disfrutó de la música, los perfumes, los sabores, el amor, tanto, que el Karma, abatido, se resignó a esperar la próxima encarnación.