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Tanto han mejorado las vías para conectarnos,  cada vez más redes, mas velocidad,  más Imagen, más Sonido, que resulta que estando solos en una habitación tenemos el mundo a un click.

Sin embargo, Algo se deslizó, se perdió en esta etapa, que entiendo de transición entre lo viejo y lo nuevo.

Observo que lo que no resulta tan frecuente y ha perdido vigencia es la Conversación.

No es el chat lo que reemplaza a esta tan productiva actividad.

En una conversación, existe la presencia física.  Yo estoy  hablando con alguien que también está.  Hay entonces una dinámica que necesita de ciertos referentes:  uno habla y el otro escucha (o no, pero eso es otro tema, que habilita a otra reflexión).

Mientras hablan,  las vibraciones de los sonidos, significados, y la propia emanación emocional de las personas,  generan un campo especial, productivo, que impulsa a cada quien a buscar en si mismo y decidir  si es necesario dar una respuesta, o si es momento de un silencio, o la conversación va discurriendo por carriles interesantes, o aburridos, en fin, el proceso, es riquísimo porque es Inmediato, y obliga a pensar, elaborar, responder, observar si el otro está escuchando o se aburre.

Como esta actividad, ha caído en desuso, ocurre que cuando las personas se encuentran obligadas a hablar en forma presencial, por cualquier circunstancia social, lo que suele ocurrir es que no se atreven, no consideran que valga la pena expresarse, se esconden y huyen (generalmente al chat).

La expresión a través de las redes, aporta una protección, y además, fue llevando el polo de la conversación al de la escucha y mirada pasiva, de imagen y sonido, cada vez más fugaces, que van empobreciendo la habilidad y el desarrollo intelectual de quien es “cooptado” por lo virtual, y no se encuentra por lo tanto, obligado a cuestionarse, preguntarse, indagarse, probarse, por el riesgo que implica la presencia del otro ahí.

Observo las consecuencias de este proceso en varias situaciones:  no se habla de política, se discute y se trata de imponer una idea.  No se comprende un texto, porque ya no es necesaria la lectura para ampliar y tener temas de conversación.  Concurrir a una entrevista laboral es casi una tragedia, no hay experiencia de intercambiar frases con otro.

Creo que este tema hay que considerarlo, qué opinan?

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