“Atamos a la serpiente al cañón del winchester, y marchamos a casa. Ya era de noche. La tendimos en el suelo, y los peones, que vinieron a verla, me enteraron de lo siguiente: si uno mata a una víbora de cascabel, la compañera lo sigue a uno hasta vengarse….
–Te sigue, che, patrón-
Los peones evitan por su parte esta dantesca persecución, no incurriendo casi nunca en el agravio de matar víboras…”
La Serpiente de Cascabel. Horacio Quiroga
Qué otra cosa podría esperarse, si no la respuesta inmediata de la Vida Enojada, ante el Agravio de ir en contra de Eros, la Energía Vital, que la Serpiente encarna?
Atacar lo Esencial, el fluído anímico, debe esperar, inevitablemente, la respuesta de la Muerte.
Si ataco mi Esencia, la ahogo, la golpeo con palabras de maltrato y me someto a mi peor torturador –yo mismo- Me convierto en El Agravio.
Volver atrás? Imposible
Sólo Renacer y esta vez, confiar en que mi destino como Serpiente es que me crezcan plumas y me convierta en Aguila.
Muy buen post, muy recomendable! Saludos.